El mundo que contemplamos
es tan solo un reflejo
de lo que adentro guardamos,
de lo que escondido dejo
cuando medito y llamo
al Dueño de los espejos.
Una pregunta me hago
cuando el silencio dejo:
si en el mundo yago
y este es un simple reflejo
de lo que callo y hago,
¿entonces por qué me quejo?