Sello tras sello,
se desata
un galope majestuoso.
Vencedor,
su fuego invita a producir
semillas de esperanza
en los ojos,
los sueños,
los pies
y las manos…
para crear un oceánico concierto
que pinte
flores en el desierto.
Así todo cauce seco
y ayuno de vida
cantará con alegría.
Sus llamas despiertan
ilusiones en las pieles
y cataclismos
en las conciencias,
despertando las pupilas
como mares que transforman
los abrazos en higueras,
las caricias en terremotos,
los besos en estrellas
y al corazón en un oasis
donde surgen los poemas
olorosos a vida, plenos
de surrealismo en su existencia:
un surrealismo que dibuja
ese galope majestuoso
con un nombre en esta tierra,
alcanzando los caminos
que ansiosos esperan
todas las figuras
del amor en su experiencia