Las guerras del amor

Pocas letras
aparecen
luego de los lapsos

agitados por el viento
y el calor de tus labios.

Parece que tus ojos se consumen
en un idilio interminable

con las ondas que golpean
las sombras de los árboles.
Sueñan con los versos sin palabras,

aquellos que escriben por completo
en las huellas de la piel ardiente,

esa que se entrega en la batalla
para liberar el poder creativo

de las metáforas sembradas
en el corazón del poeta

que se anida en mis caminos.
Tu estrategia es muy simple:

ofrecerme la ventaja
para rendirme con tus besos

en una armonía de estrategias
y así vencernos mutuamente

viendo las sombras de la luna
ante su velero imaginario,

volando en nuestro íntimo Pegaso
tras derrotar a las quimeras

del terror y del olvido
con nuestro fuego apasionado…

escribiendo otra fantástica leyenda
que ni el Olimpo pudo haber imaginado.

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