Hiere el barquero el agua
tras recibir la moneda
y conducir su callada nave
lejos de la arboleda.
Más cerca se halla el umbral
y más lejos la luna y su estela,
anuncio de la noche final
que el amante corazón espera.
Ha partido, siguiendo el río
del silencio de la pena,
la soledad del desamor vivido,
despojado por el beso que llega
anunciando un nuevo himno
en el cielo como un poema.
Imagen tomada de: hiverminer.com