Al manantial vuelven los árboles
en pos de sus raíces.
Cada uno sumerge sus hojas
en las aguas de su origen.
Pregunta tras pregunta
se aclararon en sus mentes. Grises
nubes inundaron
las brisas de los bosques,
remojando cada árbol
hasta la médula de sus raíces.
Y en ellas se sembraron
las alegorías que se oyen
cuando el corazón se abre
para liberarse de su noche.
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