Explorar tus caminos,
oler el aroma de tus bosques
y contemplar las montañas
hacen de tus ojos
un misterioso universo;
uno en el que fértiles navegan
los cantos indomables de los soles
escondidos en el sueño del mañana.
Son tus paisajes la innombrable
belleza en los versos de mis manos,
donde pruebo tu sabor a montaña,
a camino, a colina, a bosque mágico
y a hogar donde al fin reposan
las llamas del verso que te ama…
Eres la tierra donde apasionados
quieren sumergirse mis poemas
en un canto vibrante y amoroso,
una imagen donde tus labios se consuman
en las pieles sedientas del deseo
interminable por escribirte mis palabras.
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