Fijamente.
Paso a paso.
Persiguiendo el paisaje.
Imaginando
lunas encendidas.
Palpitante
verbo sensitivo,
allende
el papel y la memoria,
resumen extendido
del beso y su victoria.
Las palabras,
pocas. Las pausas,
eternas.
Así te alcancé, sin versos.
Silencios. Solamente.
Con rimas invisibles,
Galatea amada.
Compañera
de este sueño vivo,
que ya no es
la simple mitología
de amar y ser amado
en una rima pasajera:
es beberse la piel
buscando el contenido
de los ojos amantes
y su corazón, a diario,
en los mares imponentes
de la odisea de la vida…
No eres un mito añejo.
Eres, Galatea enamorada,
en nuestra ruta heroica,
el beso de la brisa.
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