Galopante,
avanza impetuoso
con alas de viento
surcando los aires
como un vencedor.
Intrépido, deja su huella
tras su gris manto
de indiferencia y olvido.
Amenaza, intimida,
con la voz tronante
de un Júpiter erguido
para poseer el corazón.
Suyas son las bombas,
suyos el hambre y dolor.
Usa palabras, curte figuras
del anti quijote
cruel y vengador,
insignia temible
de la razón sin amor.
Ignora los versos,
abomina poetas
y toda esperanza
de un mundo mejor.
Mata por dentro
al sueño y al alma
para transformarlos
con sus soplos de agua
en un cascarón.
Nadie lo acepta,
mas muchos reciben
a su verso sin sol,
promesa de un cielo
que es simplemente…
un desierto interior.
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