Soñábate

Soñábate, y desperté meciéndote en mis brazos, creando una poesía y rimas entre abrazos, desconocido espacio para el verso de la vida, canción de este presente y del futuro... profecía. Imagen tomada de Pexels

Te miré

Te miré... Y hallé a la luna nadando en tus pupilas y en tu corazón bebiendo universos de ternura. Imagen tomada de Pexels

Leamos

Leamos, con cuidado, la voz de las pupilas mecidas por el viento entre flores amarillas; nos traen ellas el poema ardiente de la vida, poema siempre renacido en el calor de una caricia. Imagen tomada de Pexels

Cuando el silencio cincela

Cuando el silencio cincela el sonido de tus palabras, florecen los naranjos y una rima se canta; no hay sonido alguno que calle las aguas de ese mar interno repleto de palabras... y con ellas nace el verso que a tu piel abraza. Imagen tomada de Pexels

Confesiones

Frente a una taza, nacen las declaraciones más profundas del alma... para que el verso recoja, una por una, las mañanas en los labios contenidas. Imagen tomada de Pexels

Celajes

Resplandores matizados de un adiós con bienvenida, dibujan ellos en tus mares en secreto una poesía. Luego, tras su metamorfosis, hacen de ti una dulce rima. Imagen tomada de Pexels

Nunca sueñes

Nunca sueñes con la rima si no tienes su color, imagina la palabra que jamás se pronunció; pues en ella y su cadencia se despierta el corazón... y la poesía canta la saeta del amor. Imagen tomada de Pexels

Flores

Flores, ya no hay. Queda su aroma entre las aguas, impregnado en cada verso de los ojos y los dedos. Y en la senda de las hojas permanece la cadencia que transforma las palabras en una vivencia inolvidable, sembrada entre las sombras del beso que nos une. Imagen tomada de Pexels

La noche vuela

La noche vuela, como hoja siendo consumida por el fuego de tus ojos y la rima fresca de tu abrazo, dejando a la mañana su mar infinito de poemas. Imagen tomada de Pexels

Haiku

Floreció la palabra, sembrando un futuro de abrazos en el aire. Imagen tomada de Pexels

Encontré un verso de amor

Encontré un verso de amor nacido en el fulgor de las estrellas, buscando un claro color en tus pupilas bellas. Y nunca cesó de navegar hasta que pudo tocar cada letra de tu piel con el suave calor de su fresca huella... Y allí por fin halló el lugar que vino a ser su tierra, …

Anuncio publicitario

Proverbio 87

El verso nacido de un profundo despecho es como una gotera que no tiene techo, y el amor que no ama es palabra sin hechos. Imagen tomada de Pexels

Haiku

Fuimos brisas en la noche. Somos lluvias en el día. Mañana... amantes del poema. Imagen tomada de Pexels

Rima de una noche

Tus ojos de noche azul se iluminan con dos lunas... después cantó una rima y fue llovida tu ternura. Imagen tomada de Pexels

Panes

Panes en la mesa, recién horneados. Universo de aromas que se liberan tras la torrencial lluvia de silencios contenidos. Explosión de aromas y expresiones de cariño. Panes... Son amores declarados, frutos de pupilas amantes. Imagen tomada de Pexels

Este terrible silencio

Este terrible silencio extrae al poema de su nido, le arranca sus palabras y lo deja sin su abrigo; este terrible silencio busca tejer los hilos con las rimas extraídas de los versos concluidos... ¡Silencio! ¡Silencio! ¡Cómo duelen tus sonidos y consuelan tus palabras en los ojos que persigo! Imagen tomada de Pexels

Refugio

Fríos, los árboles huyen entre las sombras de la noche. Buscan refugio entre las luces escondidas en los ojos, ¡tus ojos!, esos ojos llenos de abrazos y esperanzas, profundos como pozos, ardientes como llamas, puertas de un intenso mundo donde escribes lo que amas... Imagen tomada de Pexels

Lectura

Hoy leo, entre miradas y pupilas navegantes, una invitación eterna... al abrazo sin palabras, al misterio de la rima en tu piel hecha poesía. Imagen tomada de Pexels

Renacimiento

Entre cristales, renace la luz en la mañana. Solo deja, como evidencia, un poema en tu mirada. Imagen tomada de Pexels

Infancia

Volviste un día, dulce infancia de mis ojos con una melodía en mi corazón atesorada. Te escucharon mis oídos oda tras oda, navegando la lluvia de mis lágrimas, más que agradecidas por venir a mi presente como las canciones vivas que habitan palpitantes en mis ríos de poesía. Imagen tomada de Pexels