Fríos, los árboles huyen
entre las sombras de la noche.
Buscan refugio entre las luces
escondidas en los ojos,
¡tus ojos!, esos ojos llenos
de abrazos y esperanzas,
profundos como pozos,
ardientes como llamas,
puertas de un intenso mundo
donde escribes lo que amas…
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