Sin brisa, fría es la noche.
Impávida yace ante la luna,
hasta que tus versos
arden en todas tus moléculas
para generar la química invisible
contenida en la ambrosía
y la rapsodia de las aguas,
rapsodia nacida en las historias
nunca escritas de tu vida,
real mitología que declamada
ha sido en tus pupilas,
como la fresca profecía
redactada en los oráculos
de tu poema a diario respirado.
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